Que me quedará de ti que me quedará esa lágrima recorriendo tu mejilla de cristal qué me quedará el sabor de tu boca fruta madura me quedará el olor a bosque después de la lluvia tu vientre húmedo en el hueco de mi mano.
Antes de irme acaricio tu cuello de cisne o de Modigliani y te atraigo sin resistencia y me observo en tu pupila límpida transparente.
Acercándome te busca la boca y aspira tu aliento de cerezas encarnadas y bebo de ti pleno aterciopelado redondo bebo el último sorbo de merlot.
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