El sol se descompone Se pudre y agoniza Sus rayos se desangran sobre amapolas blancas. Sobre el desierto de marte El sol como mesías sumerio nos alimenta de su carne Bebemos fuegos de su pecho El sol nos amamanta Como loba grita y caza Se recuesta desnudo bajo la lluvia Se quema bajo su luna Hambriento de insolaciones Los pétalos de un girasol penetran su vientre Sol encarnado en hombre Es lo único que queda en su existencia Se encostran sus alas Una herida que ya no sangra El sol, ahora dios De los esclavos que ya no existen Ahora dios de aves invisibles Hoy emitirá su ultimo rayo de luz Se le agoto su lujo Y se le secaron los mares de tanto quebranto Ya no surca la inmensidad profunda La de su pecho vacío La de este océano al que llamamos universo Ya no surca esas galaxias enjauladas Enterradas tras los cielos matutinos Hoy veo tras tu rostro La agonía de un astro Roto por los aromas que atraviesan el infinito del tiempo Antes que la oscuridad te lleve Recuerda dejar sobre mis manos Duraznos negros para calentar tus pies durante tu letargo Dulce dios sol, icaro sol, solitario astro Duerme entre mis brazos mientras te apagas Regálame ese ultimo rayo de tu luz Aunque le sangre el alma Aunque efímero se desvanezca al segundo de nacer.
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