Vierten tus venas sangre de la tierra misma. Cìclope de piedra te elevas con desgano y permaneces iracundo entre terribles masacres. Palmo a palmo, tu extructura es testigo permanente del dolor de tu gente, la matanza del inocente. Tus formas primitivas se ahuecan en la congoja, y tus manos temblorosas apenas rozan el cielo teñido. Nubes de desolación derraman gotas de hastío y el horizonte encendido de llamaradas de llanto. ¿Eres obligado a mirar solo bajezas? ¿No fuistes creado por dudas del destino para Formar otro paisaje que alterne el brillo Y el regocijo? Monumento ingrato. Eres efecto y vacío de lo que la guerra misma ha provocado. En cada piedra, En cada roca Hace un caído. Palmo a palmo eres testigo del dolor de tu gente.
Esta web utiliza cookies para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información